16 may 2011

Ruidan los Niños en los Juegos Templados



Despertar desde lo incierto, desde la incógnita. Preguntarse por qué, cómo, cuándo y dónde. Analizar. Definir. Pensar. Sentir.
Y yo desperté ahí, recordando cada rincón, cada rostro, cada juego como si fuese ayer...

Quizá sea un deja vú pero no, era real, lo sentía, lo olía, lo podía tocar.

Caricias de brisa en el rostro. Miradas cómplices. Risas. Saltos. Toboganes. Ahí mismo. El encuentro de dos mundos. Del mío, del tuyo. El nacimiento de uno. Unificar. Socializar. Pensando. Analizando. Sintiendo. Pero el doble.

El juego lo transformaba en un sueño ¿No lo era?.
Momento. Demasiada carga positiva.
No. ¿Dónde vas? ¿Quiénes son ustedes? ¿Qué hago acá?.
Por favor, no. Se derrite.
Todo.

¿Por qué? Es real, soy real. Existo. Me siento.
Respiro.
¿Dónde están? ¿Dónde estás? ¿Dónde estoy?.

La oscuridad se había apoderado de todo, hasta de mí mismo.
Mi respiración había cambiado. Me sentía sucio. Cansado. Y sólo...
Sin ojos a los que mirar para encontrarme, sin encontrarme, sin poder buscarme, pensar, analizar, sentir.

Era como un laberinto sin color y sin salida.
Ruidos. Vapor. Oscuridad. Densidad. Puertas...
¡Puertas!
Corrí, corrí, corrí.
¿Cuánto falta?
¡Momento!
¿Qué es lo que pasa? ¿En qué sentido voy? ¿Con qué sentido estoy?

Silencio. Vapor. Oscuridad. Densidad.
Una puerta.
¿Y las demás?

El silencio encuentra el vacío.
¡Ruidos! ¡Sí!
No, un sólo ruido.
Me acerco. Me alegro.
El vapor se dispersa. La puerta. El ruido. Escucho. Respiro. Pienso...
¡Sí!
Sentidos sin sentido.
La puerta está trabada.
Pero hay algo. Un teléfono...
¡El ruido!
Eso, el teléfono.

Golpeo, empujo. Vuelvo a respirar. Intento fallido.
Silencio. Descanso. Intento pensar... ¡Basta!
Me rindo.
¡No!
Otra vez el ruido.
Lo evito.
Pero lo siento, lo pienso. Me levanto y empujo.


¿Y ahora?

Despertar en lo incierto, desde la incógnita. Preguntarse por qué, cómo, cuándo y dónde. Analizar. Definir. Pensar.
SENTIR...

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