Doy vueltas. Voy, vengo, me vuelvo a ir y sigo girando. Siempre supongo saber qué me pasa pero no. Negación. Autoengaño. El problema no es con vos. Es conmigo. Me odio y como me odio, me lastimo. No literalmente, o sí, es literal. No me lastimo con el filo de un cuchillo o un material cortante. Me lastimo con un filo simbólico, con palabras, con pensamientos, con verdades. Mientras tanto la gente te va envolviendo, te comenta, te disfraza, te miente ¿Para qué? Según cuentan las malas lenguas, para no hacerte mal. De todo corazón se los agradezco pero me alcanza y me sobra con el mal que me hago yo misma. Es raro sentirse útil para los demás pero inútil para uno mismo.
Fló Gaia
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